Nair de Morton by Javi Navas

autor:Javi Navas
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Aventuras, Fantástico, Intriga, Juvenil, Novela
publicado: 2016-05-08T22:00:00+00:00

Varias horas después los chicos estaban llegando ya a las montañas. Las Tierras Altas estaban a la vista y, con suerte, llegarían esa misma noche.

Nair practicaba constantemente; aceleraba el ritmo y buscaba la mejor postura para mantener el equilibrio.

―Todavía no me has dicho qué te ha pasado en esa pierna, bueno ya no hay pierna. ¿Se cayó el toro encima de ti?

Nair, concentrado en sus entrenamientos, no le estaba prestando atención, pero al escuchar esto último, sin querer, casi se le escapa la risa. Se aguantó. Cambió de postura. Azuzó a Bufón y comprobó que se mantenía estable.

―Así me reviento la espalda ―murmuró para sí.

―Lo digo porque como el toro tiene esas cicatrices… Seguro que os ha pasado algo. ¿Y cómo se llama? Yo le habría puesto Lunar, como ese pequeñito que tienes al lado de la boca.

Nair se desconcentró unos instantes, pero enseguida volvió a experimentar con otra postura y espoleó a Bufón con el talón derecho. Rodó sobre su lomo y cayó al agua en medio de un sonoro chapoteo.

―Pues para ser jinete te veo bastante torpe, que ya son tres veces las que te has caído. Claro que siendo cojo a lo mejor no es tan fácil mantenerse sobre ese pedazo de bicho. ¿Cómo se llama?

«Jo, qué tía más plasta», pensó el chico.

Montó de nuevo y probó a colocarse de otra forma.

Un rugido atrajo su atención hacia atrás. Varias olas se acercaban veloces. Bufón mugió y empezó a galopar. El chico volvió a caer. Las olas le cubrieron y tardó un rato en poder salir a respirar. Bufón, a lo lejos, se giró y embistió a las olas de forma descontrolada y reculando. Nair agarró sus muletas y se apresuró para llegar hasta el animal y tranquilizarlo.

Una nueva ola los alcanzó y derribó al joven.

Cuando se incorporó se encontró de frente con un cocodrilo de tres metros.

Se quedó paralizado. Las muletas se le escaparon y cayó sentado. El agua le cubría la pierna y la cintura. Boqueó incapaz de tomar aire. El cocodrilo abrió las fauces y bramó. Cuatro huyó, llevándose consigo a la chica. Nair apoyó las manos en el suelo y retrocedió. El animal se le acercó.

Bufón se giró y fijó la vista en la escena. Arrancó levantando barro y chorros de agua. Nair, con los ojos muy abiertos, sollozó. El cocodrilo aceleró. Bufón le alcanzó y le embistió desde atrás. El cocodrilo salió disparado hacia un lado y cayó sobre su espalda. El toro se situó entre él y Nair.

Con un potente impulso de su cola el cocodrilo se volteó. Miro a Bufón durante unos segundos y después se giró y empezó a alejarse.

Nair lloraba y temblaba. Se levantó y se acercó a Bufón. Se abrazó a su cuello.

―Gracias ―sollozó―. Yo te abandoné, pero tú nunca lo has hecho ―dijo.

Cira observaba la escena.

Nair sujetó las bridas y montó. Orientó al toro hacia las montañas e inició la marcha. Miró hacia atrás. El cocodrilo se alejaba. Se puso serio y frunció el ceño. Detuvo a Bufón y miró fijamente al reptil.

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